Hace varios años en el programa de Telecinco llamado “La Noria” hablé de la Tercera Guerra Mundial. Entonces los presentes reían al escuchar mis palabras. Hoy, que hasta el Papa habla de Tercera Guerra Mundial, no creo que tuvieran ganas de risas. Y no solo eso, esta guerra la tenemos ya en España, y vamos a comprobarlo en este artículo y teniendo en cuenta el artículo titulado “La OTAN mete a España en el centro de una ‘nueva Guerra Fría” publicado el 28 de septiembre de 2015 en la versión online del diario Público.
En mi libro Perdidos. Los planes secretos del Club Bilderberg, escribí:
La Guerra Fría nunca terminó o más bien se ha metamorfoseado en la Guerra Fría global. Los distintos grupos ideológicos crean nuevos medios de propaganda que luchan unos contra otros. Desmienten, ponen en duda, desprestigian a sus contrarios y tienen en nómina a propagadores culturales, gurús económicos. Atacan a los presidentes de países o a países enteros con un marcado interés. La guerra por la hegemonía, la guerra por los recursos, por el statu quo. Y con el objetivo de que los ciudadanos ni comprendan ni se enteren de lo que ocurre en los cenáculos del poder. A mediados de mayo (2013), The Economist atacaba a España. El FMI salió en su defensa.[1]
Como ves y como sabes, si has leído Perdidos, me adelanté dos años en la afirmación de que estamos en la Guerra Fría Global. Dos años antes de este titular: «La OTAN mete a España en una ‘nueva Guerra Fría'», yo analicé el porqué en mi libro. Seguimos con la noticia del diario Público:
Como te he contado en otras ocasiones, esta guerra en la que estamos inmersos no es como las guerras que conocemos. Se trata de un combate con tres fases (guerra sutil y discreta, guerra económica y psicológica, y guerra clásica) en la que ya no hace falta un gran número de soldados porque la tecnología nos ha llevado a la ciberguerra.
¿Qué el escenario central sea España y, además, seamos los que desarrollemos un mayor despliegue tiene que ver con esa ayuda que recibió nuestro país tras ser atacado por The Economist, como antes he mencionado? ¿O por algún otro favor que debamos pagar?
Muy pocas personas saben que la guerra es un negocio.[2]
Fíjate en el despliegue militar: “23 carros de combate, 93 blindados, 43 aeronaves (entre ellos 12 Eurofighter) y 13 buques de guerra”.
¿Cuánto tendrás que pagar de tu bolsillo para ello?
De momento es desconocido. Además, como ya te comenté el otro día en el artículo que dedicamos a Eduardo Serra Rexach, en la época en la que estuvo en Defensa se encargaron de llevarlo a la quiebra y, desde entonces, muchas partidas de Defensa son “camufladas” con la financiación de otros ministerios.
Fíjate en la importancia de ese texto: “para defender a los socios europeos de EE.UU. de la expansión del comunismo”. Nos está llevando, como si cogiésemos una máquina del tiempo, a la primera reunión Bilderberg, donde se gestó todo y cuyo fin era frenar el expansionismo comunista. Eran los orígenes de la Guerra Fría. Una guerra sobre la que nos mintieron porque nunca terminó.
Como incluyo en Perdidos:
“Quienes crean que la eterna cuestión de guerra y paz en Europa no podría volver a darse, estarían completamente equivocados. Los demonios no han desaparecido, están solo durmiendo, como demostró la guerra en Bosnia y Kosovo” – afirmó Jean-Claude Juncker, antiguo jefe del Eurogrupo y , actualmente, Presidente de la Comisión Europea, en una entrevista a la revista alemana Der Spiegel el 10 de marzo de 2013.[3]