En este artículo conocerás datos sobre la biografía de David Rockefeller, el alma y uno de los tres fundadores de el Club Bilderberg, que no encontrarás los mass media.
Durante la Primera Guerra Mundial la mayoría de los periódicos estadounidenses más importantes estaba controlada por los intereses de los banqueros Rockefeller y Morgan. El Congressional Record de 1917 registró lo siguiente:
En marzo de 1917, la gente de P. Morgan reunió a doce de los hombres más relevantes del mundo periodístico, a los que se les hizo seleccionar los periódicos más influyentes de los EEUU y determinar la cantidad necesaria de ellos para controlar la política general de la prensa diaria. Llegaron a la conclusión de que sólo era necesario hacerse con el control de veinticinco de los periódicos más importantes. Se llegó a un acuerdo: se compró la línea editorial de los periódicos, a los que se pagaba mensualmente, y se colocó a un director en cada diario, que se encargaba de supervisar y corregir adecuadamente la información sobre militarismo, políticas financieras y otros temas de naturaleza nacional e internacional considerados vitales por los intereses de los compradores.
Era el fin del periodismo y el comienzo de la propaganda. Rockefeller y Morgan querían la guerra, de la que obtuvieron sustanciosos beneficios. Con la ayuda de los medios de comunicación perfilaron las posturas necesarias para convencer al pueblo norteamericano de entrar en guerra (página 206 de El Club Bilderberg. La realidad sobre los amos del mundo).
Hace solo unos días David Rockefeller cumplió cien años. Y el hecho que os relato arriba ocurrió cuando este tenía solo dos años. Hoy es el miembro más destacado de esta dinastía, así que imagina lo que ha sido capaz de hacer en un siglo. ¿Te atreves a descubrirlo conmigo?
David Rockefeller (páginas 56 a 59 de El Club Bilderberg. La realidad sobre los amos del mundo)
Al príncipe Bernardo de Holanda y a Retinger se les atribuye la autoría de Bilderberg porque fueron quienes lo promovieron en Europa y EEUU. Pero su auténtico creador en la sombra fue el multimillonario David Rockefeller que, entre otras muchas cosas, es masón. Con su dinero puso en marcha el ambicioso proyecto como posteriormente lo haría con la Comisión Trilateral.
El primer miembro de la legendaria saga fue John Davison Rockefeller, que nació en 1839 en Richford (New York), en el seno de una familia descendiente de inmigrantes judío-alemanes llegados a Estados Unidos en 1733. Tras una larga experiencia en el sector petrolífero, fundó en solitario la compañía Standard Oil y a partir de ese punto protagonizó una ascensión imparable que desembocaría en el dominio prácticamente absoluto del trust Rockefeller en la industria del petróleo. Por el camino aplastó a sus competidores mediante todo tipo de artimañas, extorsiones, sobornos e irregularidades. La invocación preferida del fundador de la dinastía era “Dios bendiga a la Standard Oil” y la divisa de su imperio económico es: “Por el bien de la Humanidad”. Una de las claves de la consolidación de su reino fue la introducción en la banca, que culminó en 1955 con la fusión del Chase National Bank y el Bank of the Manhattan Company, ligado al grupo Warburg, de la que resultó el Chase Manhattan Bank, presidido desde 1969 por David Rockefeller, nieto del fundador de la dinastía y actual patriarca. Su padre, John D. Rockefeller, creó una serie de fundaciones filantrópicas a las que transfirió buena parte de sus activos. Como ejemplo, señalar que la Fundación Rockefeller recibió cuatro millones de acciones de la Standard de New Jersey y dos millones de títulos de la de Indiana. Aunque el primero que supo vislumbrar las ventajas del filantropismo moderno fue el escocés Andrew Carnegie, serían los Rockefeller quienes mejor partido sacarían a este valioso instrumento, ya que las entidades no sólo les sirvieron para hacer campaña de buena imagen sino para zafar la regulación antitrust. Por si no fuera bastante, las fundaciones están exentas del pago tributario.
Estas entidades han desplegado en las últimas cinco décadas un poder e influencia en la élite política y financiera mundial determinante, generando gran parte de los personajes de la política norteamericana de este período. Procedían directamente de los órganos directivos de las mismas tanto los hombres de la posguerra como su relevo generacional, entre los que nombraremos a Walt W. Rostow, Zbigniew Brzezinski y Henry Kissinger.
Ya en el año 1936, la Fundación Rockefeller fue precursora del control de la natalidad. La moral de la época no era la adecuada para asimilar las teorías anticonceptivas, pero el paso del tiempo y una campaña propagandística eficaz derriban todo tipo de obstáculos. “A finales de los cincuenta el control de la natalidad se había convertido en una de las prioridades de la política exterior norteamericana —señala el escritor Martín Lozano—. Tanto es así que, en 1958, el Departamento de Estado adoptó como tesis oficial que el crecimiento demográfico constituía el mayor obstáculo para el desarrollo económico y social y para el mantenimiento de la estabilidad política en los países del Tercer Mundo. Buena parte del presupuesto dedicado por la Administración norteamericana al control de la natalidad en las regiones subdesarrolladas ha corrido tradicionalmente a cargo de las Fundaciones Ford y Rockefeller, cuyo proverbial altruismo se manifiesta igualmente en el ámbito occidental a través de sus aportaciones millonarias a la causa proabortista”.
Del mismo modo, las Fundaciones Rockefeller han financiado movimientos pseudo-espirituales modernos e incluso sectas como Hare Krishna. David Rockefeller patrocina personalmente varias sociedades pseudo-iniciáticas que aseguran representar la tradición perdida, como es el caso de la denominada AMORC (Antiquae et Misticae Ordo Rosae Crucis).
El clan también sufraga las campañas políticas de los candidatos afines a la causa. En la década de los cincuenta, Robert Taft, candidato a la Casa Blanca, denunció que “desde 1936, todos los candidatos republicanos a la presidencia de los Estados Unidos han sido nominados por el Chase Manhattan Bank”. El poder de David Rockefeller se ha extendido en una extensa red de influencias y relaciones sociales tejida a lo largo del tiempo y del espacio por las Fundaciones del Trust, así como en los puestos de primer rango detentados en organismos tales como la Round Table, el Consejo de Relaciones Exteriores, la Comisión Trilateral o el Club Bilderberg, sin contar la presidencia del Chase Manhattan Bank. Y no es en los estamentos políticos sino en los organismos de ese tipo donde reside el auténtico poder. David Rockefeller afirmó en su libro autobiográfico Random Reminiscences que “una de las entidades que más nos ha ayudado ha sido el Departamento de Estado”.
El clan Rockefeller no ha dudado en obtener beneficios de los momentos más delicados en estos dos últimos siglos, negociando con criminales y dictadores de diversa índole tanto en tiempos de paz como de guerra. Tanto la guerra del Vietnam como la árabe-israelí de 1973, generaron numerosas denuncias que acusaban a los trusts petroleros (la EXON y la SOCONY de Rockefeller entre ellos) de lucrarse con la primera y de promover la segunda con el propósito de provocar el alza de los precios del crudo. En tal sentido se manifestaron el rotativo Washington Observer y el investigador C. Baker en su libro The Great Rockefeller Energy Hoax publicado en 1974.
Junto con la Fundación Carnegie, financió los programas de selección racial y eugenesia en la Alemania nazi.
David Rockefeller es el más conocido internacionalmente de los miembros de su clan. Desde los años sesenta hasta hoy, ha recorrido el planeta en su reactor particular para entrevistarse y negociar con jefes de Estado y primeros ministros de toda condición ideológica. En todos los lugares fue recibido con respeto reverencial y muy especialmente en los países de la antigua órbita soviética. Esta última circunstancia sería comentada por George Gilder, un íntimo de la familia, en los siguientes términos: “Cuando David va a Rusia es tratado a cuerpo de rey. Y resulta curioso que nadie sea capaz de reverenciar, halagar y exaltar a un Rockefeller tan bien como lo hacen los marxistas”.
Durante treinta y cinco años, este miembro de la prolífica dinastía fue el presidente del Chase Manhattan Bank, desde donde tejió la red de intereses económico-políticos de Estados Unidos en todo el mundo. Además, se le acusa de haber mantenido oscuros tratos con dictadores de la talla de Saddam Hussein y Augusto Pinochet, de lo que él se defiende así: “Me gustaría haber hecho las cosas mejor –manifestó en su autobiografía–, pero no he hecho nada tan terrible como para arrepentirme”. David prefiere ser conocido por su labor de mecenas y hacedor de obras benéficas a través de la Fundación Rockefeller.
Según apunta el investigador Jim Marrs, la perspectiva de un-solo-mundo de los Rockefeller se menciona en el informe anual del año 1997 de la Fundación. La sobrina de David, Abby M. O’Neill, presidenta por entonces de la entidad, escribió que ésta perseguía “una estrategia mundial con una explícita perspectiva global y el énfasis puesto en la convergencia de los acuerdos nacionales e internacionales”.
Otros 12 temas a conocer en los 100 años de David Rockefeller
1. En la reunión de Bilderberg del año 2014, apartado del resto de invitados y acompañado por Henry Kissinger (y quizá también por Juan Luis Cebrián), convencieron a la reina Sofía que había llegado el momento de la abdicación de Juan Carlos I (página 162 de Los planes del Club Bilderberg para España).
2. En abril de 1983 realizó una visita a España de regreso de una cumbre de la Comisión Trilateral, siendo recibido en la Moncloa por Felipe González y Miguel Boyer, dada su condición de «miembro de primera fila del mundo económico internacional», según palabras del comunicado emitido al respecto por el gabinete de prensa de la presidencia (página 175 de Los planes del Club Bilderberg para España).
3. También en 1983 introdujo a Felipe González en la entidad más representativa del capitalismo norteamericano, la Century Association. En aquel viaje se ultimaron, entre otras cosas, los últimos retoques y el visto bueno definitivo del Gran Capital al proyecto económico socialista (página 176 de Los planes del Club Bilderberg para España).
4. En marzo de 1987 David Rockefeller hizo una nueva visita a España, en el curso de la cual se entrevistó con el subgobernador del Banco de España, Juan Antonio Ruiz de Alda, con el jefe del Estado, Juan Carlos de Borbón, y con el presidente del Gobierno, Felipe González, sin que nada de ello mereciera la más breve reseña en los medios de comunicación (página 177 de Los planes del Club Bilderberg para España).
5. La sede de la ONU se encuentra en unos terrenos que cedió la Familia Rockefeller de manera “desinteresada” (en aras de construir el Gobierno Mundial anhelado por David).
6. Frases de David Rockefeller (páginas 23 y 24 de Perdidos):
«Estamos al borde de una transformación global, todo lo que necesitamos es la correcta gran crisis y las naciones aceptarán el nuevo orden mundial.» En un encuentro con embajadores en la ONU (14 de septiembre de 1994).
«Algo debe reemplazar a los gobiernos y el poder privado me parece la entidad adecuada para hacerlo.» (publicado el 1 de febrero de 1999 en Newsweek International).
7. Junto a Jozef Retinger y el príncipe Bernardo de Holanda, es el creador de Bilderberg. Además de la de Bilderberg, en la autobiografía Memorias. Historia de una vida excepcional, reconoció la paternidad de la Comisión Trilateral (página 70 de Perdidos).
8. Ha sido galardonado por Bilderberg con la medalla a la construcción de un mundo feliz, dato aportado por el autor Karl Laemmermann en David Rockefeller. Biografía. Dinero, dinero, dinero (página 89 de Perdidos).
9. Muchos de los miembros de Bilderberg y de la ONU son masones. David Rockefeller tiene su propia logia, la Rockefeller 666 (página 121 de Perdidos).
10. La Fundación Rockefeller donó a la Universidad de Harvard una subvención de cuatro años para la creación del Harvard Economic Research Project, con el objeto de controlar la economía y la sociedad como un todo (páginas 140 y 141 de Perdidos).
11. Desde el año 1936, la Fundación Rockefeller sustenta económicamente políticas eugenésicas, que no son otra cosa que una guerra contra la vida. El propio David Rockefeller ha defendido públicamente en foros internacionales, por ejemplo en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo celebrada en septiembre de 1994 en El Cairo, organizada por la ONU, su visión negativa acerca de la supuesta superpoblación del planeta (página 209 de Perdidos).
12. El Club Bilderberg financia y mantiene determinados pseudo-movimientos antiglobalización, como Greenpeace y otras ONGs, para darle a la sociedad su plataforma contestataria particular donde lavar su conciencia (página 308 de El Club Bilderberg. La realidad sobre los amos del mundo).
Otras curiosidades
1. David Rockefeller nació donde actualmente se encuentra el Museo de Arte Moderno (MoMA). Lo que no cuenta la noticia es que, casualmente, la presidenta del MoMA es una de los 33 miembros del Comité Directivo de Bilderberg.
2. Aparece en el puesto número 603 de la lista Forbes sobre los millonarios del mundo. Un puesto que a mí me llama la atención sabiendo que es el alma máter del club que maneja los hilos del mundo. Pero sabiendo que desde 1917 manejan a la prensa, y que a los miembros del Club no les gusta aparecer y, si tienen que aparecer, no hacerlo en primera fila, no me extrañaría que ese puesto fuese ficticio y tuviera que estar mucho más arriba.
3. Y para finalizar te dejo una entrevista que apareció el domingo 9 de mayo de 2004 en el suplemento de El Mundo y que podrás leer en: http://www.elmundo.es/magazine/2004/241/1083684303.html