–Digámosle a los ciudadanos que todos tenemos que luchar contra un gran peligro que amenaza la existencia humana en la Tierra: el cambio climático –apuntó con ojos codiciosos el banquero–. Pero para que este plan sea efectivo hay que añadirle la coletilla “provocado por el hombre”. Si no logramos convencer a la gente de que lo causa el propio ser humano no creerían en la posibilidad de luchar contra él para solucionar los problemas que supuestamente hemos generado.
Ejerciendo de abogado del diablo, uno de los discípulos más jóvenes e ingenuos se atrevió a rebatirle:
–Pero, ¿quién va a creer que nosotros, los humanos, podemos luchar contra imponentes fuerzas de la naturaleza y el clima?
Al oír estas palabras, el miembro más aventajado intercedió:
–¿Acaso aún no has aprendido que los ciudadanos creerán cualquier cosa que les digamos siempre que utilicemos el miedo como arma de manipulación? ¿No sabes quiénes somos? Somos los amos del mundo, nosotros tenemos el control de los medios de comunicación masivos, podemos decir lo que queramos y convertir la mentira más grande en verdad. Solo tenemos que repetirla cien veces, a todas horas, desde todos nuestros periódicos y canales de televisión. Contrataremos a las actrices y actores más populares y famosos de Hollywood y ellos sabrán contarlo al mundo como nadie, incluso soltarán algunas lágrimas que emocionen al público y les impida ejercer una defensa crítica del futuro apocalíptico que les presentaremos.
Entonces tomó la palabra Rockefeller:
–Sí, contrataremos a algún actor famoso, pero para empezar creo que Al Gore será un candidato excelente para desarrollar el plan. Viajará por todo el mundo dando conferencias que le reporten ingresos millonarios, así se verá gratificado económicamente y alcanzará gran prestigio, de modo que se someterá sin problemas a nuestras órdenes –dijo Rockefeller mientras una sonrisa cínica le recorría por dentro manifestándose en los labios–. No solo conseguirá dinero sino que sentirá la ilusión de ser poderoso porque el mundo lo alabará. Hablaremos con nuestros contactos en Hollywood para que le den un Oscar al documental que vamos a realizar con las imágenes más impactantes de la Tierra y nada será más fácil para nosotros que obtener el premio Nobel por la lucha infatigable a favor de la vida humana.
–Pero, ¿cómo vamos a conseguir que lo crean? –repitió el discípulo lerdo.
–Lo revestiremos de religión, la nueva Ecología será la gran religión del milenio y usaremos la mecánica de una secta. La gente está deseosa de pertenecer a un grupo y, más aún, a uno que luche por la verdad, a uno que sea capaz de hacer grandes sacrificios por defender una ideología auténtica. Y vamos a conseguir que lo más auténtico en estos momentos de incertidumbre sea la lucha por la vida en la Tierra. Aprovecharemos el cambio que se está dando en el clima para elaborar una nueva mentira, la gran mentira. Para nosotros es muy fácil hacerlo, contamos con todos los medios a nuestra disposición. Además, hablaremos con los legisladores para que sea obligatorio ver el documental en todas las escuelas del mundo, así adoctrinaremos a los ciudadanos desde la niñez…
Como he contado infinidad de veces, a las reuniones anuales del Club Bilderberg está prohibido llevar escolta (la seguridad de estos encuentros se lleva a cabo en parte con las fuerzas de seguridad pública, la que pagamos entre todos), pero no palos de golf. Y hace ahora más de una década, mientras la mayoría de invitados pasaban el tiempo jugando al golf, el núcleo duro del imperio Bilderberg estaba reunido en secreto hablando del cambio climático “provocado por el hombre”.
Desde ayer y hasta el 11 de diciembre en París tendrá lugar la vigésimo primera reunión de países que quieren “tomar medidas” contra el cambio climático, repito, “provocado por el hombre”. Estarán presentes casi 200 estados para, según recoge El Confidencial, “llegar a un acuerdo global pero basado en medidas concretas que mantenga el calentamiento global por debajo de los 2 grados de aquí a final del siglo XXI”.
Como puedes comprobar, en el intenso, sectario y repetitivo mantra que nos inculcan en su guerra sutil y discreta no podía faltar la palabra “global”. Crisis global, terrorismo global, gobierno global… y calentamiento global.
Pero este tema no es nuevo, aunque esa conversación hubiera tenido lugar hace una década. En los años sesenta un grupo de expertos alineado a Bilderberg realizó un análisis acerca de la conveniencia de un planeta sin guerras. El grupo de estudios concluyó que para establecer un mundo de paz permanente se necesitaba encontrar sustitutos a la guerra y apuntaron algunas fórmulas, entre ellas la creación de enemigos ficticios como, por ejemplo, la amenaza de una contaminación ambiental masiva y global. Ese estudio se conoce como Informe Iron Mountain.
Veamos, recurriendo al artículo de El Confidencial, cuáles son los puntos clave de la Cumbre del Clima de París:
¿Quién se erige como el líder, la voz autorizada en esta cumbre en París sobre el cambio climático provocado por el hombre? No podía ser otro que el troyano del Club Bilderberg: Barack Obama, la otra mentira del imperio que ya denuncié en 2010 en El Club Bilderberg. La realidad sobre los amos del mundo, que entonces fue censurado y que acaba de publicarse como Los amos del mundo al acecho. Un Obama que, como relata el diario El País[1], cuenta con siete claves contra el cambio climático. Qué inquietante, qué llamativo que leamos la información del títere de Bilderberg en el periódico comandado por el miembro español del Steering Commitee, Juan Luis Cebrián. Y qué casualidad que también el número de claves sean, no cinco o diez, sino siete. “El número que gobierna las formas y las ideas y es la causa de los dioses y de los demonios”, según decía Pitágoras. El número que representa las ramas del saber según los hindúes; el número más evocado en La Biblia; el número que representa la vida, la armonía universal y la perfección para la masonería.
En los próximos días veremos cómo se desarrolla la cumbre y a qué acuerdos llegan, si es que llegan a alguno. Dependerá en gran medida del “consenso” entre los propietarios del dinero y el poder. Ellos controlarán las nuevas formas de energía y no siempre llegan a un acuerdo a la hora de repartir el futuro botín. Y mientras ellos se reparten el nuevo mundo, a nosotros nos distraen con una lucha imposible, como Quijotes contra molinos de viento.
Toda la información sobre La mentira del “calentamiento global” podrás encontrarla desarrollada en el capítulo 13 de Los amos del mundo al acecho.