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El ébola, el miedo y la táctica de la pandemia global

Pocos días después de que la ministra de Sanidad, Ana Mato, descartara el riesgo de contagio por ébola en nuestro país, todos los medios y redes sociales se hicieron eco de la noticia que se producía el pasado lunes: el ébola llega a Europa a través de España.

¿Qué ha pasado? ¿En qué han fallado los protocolos establecidos por la OMS? ¿Cómo una persona que ha estado expuesta al virus se marcha de vacaciones el día siguiente del fallecimiento de uno de los enfermos que trataba? Preguntas, preguntas y más preguntas.

 

Ana Mato descarta el riesgo de contagio por ébola en España

 

No debemos olvidar que la OMS (Organización Mundial de la Salud) es un estamento, como tantos otros, creado por el imperio Bilderberg, que en este caso pretende erigirse como el ministerio de sanidad mundial del gobierno global. ¿Han fallado los protocolos de los iluminados? ¿Es una de sus estrategias de control de la población?

 

“Dios no quiera que ustedes se vean obligados a vivir cuando quieran morir. Yo me despertaría sintiéndome mal sabiendo que todo (el tratamiento médico) está pagado por el Gobierno. El problema no se resolverá a manos que ustedes se den prisa en morir”. – Taro Aso, ministro de Finanzas japonés (Perdidos, páginas 212 y 213).

 

El miedo

La estrategia del miedo es la más beneficiosa y fructífera para los amos del mundo. En una situación de crisis como la actual, causada por ellos, los ataques a los seres humanos provienen de tantos sitios que nos incapacita para saber qué está ocurriendo, volviéndonos más vulnerables aún de lo que somos por naturaleza.

 

“Gobernar a base de miedo es muy eficaz. Si usted amenaza a la gente diciéndoles que les va a degollar y luego no les degolla, entonces les puede azotar y explotar. Y la gente dice ‘bueno, no es tan grave’. El miedo hace que no se reaccione. El miedo hace que no se siga adelante. El miedo es más fuerte que el altruismo, la verdad o el amor. Y el miedo nos lo están dando todos los días en los periódicos y en la televisión”. – José Luis Sampedro (Perdidos, páginas 160 y 161).

 

La base del miedo del imperio Bilderberg es la mentira. Sin mentira no hay miedo. Políticos que mienten, periodistas que mienten, científicos que mienten. ¿Las causas? ¿Por qué lo hacen? Algunos por dinero, aquellos por prestigio social, otros por poder. Mediante las mentiras nos asustan, siembran el miedo, somos atacados de una forma tan sutil que nos incapacitan para percibirla. La finalidad de tanta mentira es la destrucción del espíritu de la persona y de la vida.

 

“No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”. – Martin Luther King (Perdidos, página 163).

 

La táctica de la pandemia

La Organización Mundial de la Salud (OMS) es el organismo de las Naciones Unidas (ONU) especializado en gestionar políticas de prevención, promoción e intervención en salud a nivel mundial. Un organismo, recuerden, al amparo del imperio Bilderberg, que se atrevió a afirmar en 2009 que al menos 150 millones de personas morirían víctimas de la Gripe A.

Un organismo, la OMS, acusado desde varios frentes científicos, políticos y ciudadanos, de colaborar con la estrategia de los laboratorios de las farmacéuticas para enriquecerse con la venta de vacunas. Muchos piensan que ese es el objetivo: enriquecerse. Pero para Bilderberg el fin no es el dinero sino el control social. El engaño es que quieren que creamos que lo hacen por dinero. Esa es la mentira para despistar a la opinión pública.

 

oms gripe a

 

La alarma de la gripe porcina, después llamada Gripe A, constituyó el primer ensayo de Bilderberg para expandir el miedo sanitario global. Pero como explico en ‘El Club Bilderberg. La realidad sobre los amos del mundo’ no tuvo el éxito que deseaban.

¿Con el ébola estamos ante el segundo ensayo de Bilderberg para expandir el miedo sanitario a nivel global? El tiempo será ese juez inexorable que dará y quitará razones.

Recordad las palabras de Abraham Lincoln:

 

«Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.

 

 

Foto cabecera: http://www.elimparcial.es
cristina martin jimenez habla del club bilderberg en 13tv

Cristina Martín Jiménez hablando del Club Bilderberg en la televisión

Más de una década llevo investigando al poderoso Imperio Bilderberg. En todo este tiempo no se ha producido ningún debate serio en los medios de comunicación de este país.

Pero al menos algo hemos avanzado en todo este tiempo. Allá por 2004 cuando comencé a investigar apenas había resultados en internet sobre el grupo liderado por David Rockefeller y cuya presidencia está actualmente en manos de Henri de Castries. Hoy, sin embargo, si vas al buscador encontrarás millones de entradas. Sin embargo, con todo eso que podemos encontrar en internet…¿sabemos lo verdaderamente relevante? Siguen siendo muy secretos o, como a ellos les gusta decir, discretos.

Pero repito, avanzamos en un tema que es difícil cuando a muchos les  parece conspiranoico o incluso ciencia ficción, algo que tienen muy bien trabajado desde sus medios de comunicación masivos para que la mayoría permanezcan ajenos a sus intenciones.

Esta semana está siendo muy ajetreada para mí. Con la reunión celebrándose y habiendo dado en primicia los temas y los invitados de este año, numerosos son los medios que están contactando conmigo para conocer un poco más.

En este artículo me voy a centrar en la televisión.

Hace unos días me hicieron una entrevista para el programa Más Vale Tarde de La Sexta con un titular con el que estoy en desacuerdo: «Podemos llega al Club Bilderberg». Tras verlo me sentí un poco decepcionada. Es poco más que una nota de prensa en forma de vídeo en la que salimos varias personas a las que no nos dan más de 5 segundos y cuentan lo mismo que puedes ver en cualquier web en internet.

En el prestigioso y premiado informativo La 2 Noticias cuento que Bilderberg es el imperialismo del siglo XXI, que gracias a la crisis durante un tiempo nos ha estado gobernando la Troika, y donde hablo de Esperanza Aguirre, la reina Sofía, Fraga o Aznar.

Mi intervención es del minuto 13:27 al 16:13

 

 

El día 30 aparecí en la tertulia nocturna de Al Día en 13tv. A los que me siguen, especialmente los que lo hacen por facebook, no les gustó la forma en que trataron el tema. No le diré que no puedan llevar razón, pero deben saber que ellos van en busca de una verdad que va más allá de la que los medios de comunicación nos quieren presentar. Muchos saben sobre el Club Bilderberg bastante más que los periodistas que estaban sentados a mi alrededor y que la mayoría de periodistas que hace diez años me tildaban de loca cuando estábamos en época de bonanza y hoy buscan desesperados una información en Google que muchas veces no son verdad, son medias verdades, cuando no mentiras.

Lo importante es que estuvimos 20 minutos en pantalla presentando los datos. Si eso sirvió para que alguno de los que estaba frente a la pantalla y desconocieran el tema les hiciera pensar y hayan investigado algo, habremos avanzado.

 

 

Como siempre, gracias a mis revolucionarios del amor. Sin su aliento nada de esto que os estoy contando hubiera sido posible.

Si quieres estar más informado sobre estos temas te invito a descargar gratis el primer capítulo de “Perdidos, ¿quién maneja los hilos del poder? Los planes secretos del Club Bilderberg”. Y si tu interés se acrecienta también puedes comprar Perdidos.

 

El periodismo al servicio de Bilderberg

¿Por qué mi profesión, el periodismo, es la segunda peor valorada por los españoles? ¿Están los medios de comunicación y el periodismo al servicio de Bilderberg y su imperio? Días como el de hoy te acercas al kiosco, te conectas a los diarios digitales y encuentras la respuesta.

Desde pequeña soy curiosa. Desde pequeña me hago preguntas. Desde pequeña sé que quería ser periodista. Periodista, no una persona dedicada al entretenimiento de masas.

Recojo en la página  157 de Perdidos un fragmento de aquel memorable discurso de John F. Kennedy  del 27 de abril de 1961 ante la American Newspaper Publishers Association, que dice así:

“Sin debate, sin crítica, ninguna Administración ni país pueden tener éxito y ninguna república puede sobrevivir. […] Y es por ello que nuestra prensa fue protegida por la Primera Enmienda, el único oficio en Estados Unidos protegido específicamente por la Constitución, no precisamente para divertir y entretener, no para acentuar lo trivial y lo sentimental, no para dar simplemente al público lo que desea, pero sí para informar, despertar, reflejar, para indicar nuestros peligros y nuestras oportunidades, para indicar nuestras crisis y nuestras opciones, para conducir, moldear, educar y alguna vez, incluso, encolerizar a la opinión pública […]. Y por tanto, es en la prensa, la registradora de los hechos del hombre, la guardiana de su conciencia, la mensajera de sus noticias, en la que buscamos fuerza y ayuda, seguros de que con su ayuda el hombre será lo que nació para ser: libre e independiente”.

Seis millones de parados, corrupciones día sí día también, engaños, mentiras, guerras. Noticias importantes para ejercer el periodismo las hay a montones, sin embargo, me embarga la tristeza cuando me acerco al periódico y la noticia que abre portadas es un partido de fútbol. Y no en periódicos deportivos, que se sobreentiende. En periódicos generalistas, en mass media.

 

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Y la estupefacción me invade cuando en periódicos provinciales, de ciudades que aparentemente nada tienen que ver con dicho equipo, también abren con esa noticia.

 

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“Si una publicidad televisiva se dirige a una persona tratándola como si tuviese doce años de edad, entonces, en razón de la sugestión, el consumidor potencial tendrá, con una cierta probabilidad, una respuesta o una reacción tan desprovista de sentido crítico como la de un niño de doce años”.

Según señalo en la página 154 de Perdidos, concretamente en el Capítulo dedicado a la III Guerra Mundial. La frase “III Guerra Mundial” fue trendig topic el 24 de abril, que casualmente fue el 40 aniversario de la Revolución de los Claveles y, como sabéis, el día que di mi conferencia en Lugo. Nada es casual; como dijo Víctor Hugo “la casualidad es el plato que sirven los bribones para que se lo coman los necios”.

El artículo 20 de la Constitución española de 1978 reconoce y protege el derecho de todos los españoles a recibir información veraz.

Artículo 20.1.d: se reconocen y protegen los derechos a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.

Sin embargo, este derecho no se está cumpliendo y nuestro Estado, nuestros gobernantes no lo protegen. Mientras sigan existiendo reuniones secretas en las que nuestros representantes intercambien y reciban una información que necesitamos conocer, una información esencial para que los ciudadanos de cualquier comunidad puedan acudir a las urnas libremente, sin condicionamientos ni noticias interesadas, no habrá democracia. Así que cada uno de nosotros no podemos conformarnos con lo que los medios de masas dirigidos por los amos del mundo quieran contarnos, como un niño de doce años que se conforma con una chocolatina. Debemos ir más allá. Leer, aprender, buscar aquí y allá, críticas y análisis, lo bueno y lo malo, y encontrar la verdad, la auténtica verdad, y rechazar la “verdad” fabricada en los laboratorios de marketing, esa que nos venden día a día en sus medios de comunicación los amos del mundo.

Si quieres estar más informado sobre estos temas te invito a descargar gratis el primer capítulo de “Perdidos, ¿quién maneja los hilos del poder? Los planes secretos del Club Bilderberg”. Y si tu interés se acrecienta también puedes comprar Perdidos.

Besos.

Cristina Martín Jiménez

Las fuentes de un periodista son sagradas

Un periodista tiene la obligación de proteger el anonimato de sus fuentes, si ellas así se lo piden. Llegado el caso, no sería la primera vez que un informador acabase en la cárcel por negarse a revelar sus fuentes. Que esta reportera actúe así, me llena de satisfacción. Aún hay periodistas que conservan la ética profesional. Yo también he tenido y tengo problemas por proteger mis fuentes, pero así es como me lo enseñaron en la Facultad de Periodismo. Las fuentes son sagradas.

http://www.foxnews.com/us/2013/04/05/free-press-fight-how-fox-news-reporter-wound-up-facing-jail-for-doing-job/

¡Apaguen esa porquería!

Nos gusta ver televisión pero, ¿podemos escoger libremente que ver? Cuando la encendemos y nos desagrada todo lo que nos proponen para ver, si no cambiamos de canal es porque no hay ninguno más y, a veces, hasta nos vemos obligados a apagarla. Entonces, ¿qué tipo de libertad estoy ejerciendo en esos casos? ¿Existe la democracia en televisión?

Siempre he pensado que, a lo largo y ancho de sus días en la Tierra, los grandes genios han vivido momentos de insoportable soledad. Y si aún no te has parado a meditarlo, imagina una mente portentosa, capaz de adelantarse a su tiempo y a los avances científicos o espirituales de la época. Cerebros dotados para entender cuestiones fuera del alcance de un ser humano tan común como tú o como yo, para inventar artilugios o elaborar teorías que a sus coetáneos les parezcan poco más que las excentricidades de un loco. Hago un esfuerzo por vislumbrar la insobornable impotencia y la rabia del almirante Cristóbal Colón cuando trataba inútilmente de convencer a empresarios y reyes de que había un camino más corto para llegar hasta las Indias. Intento ponerme en la angustiada piel de Galileo Galilei cuando profundizaba en la visión de Copérnico y se debatía entre las tinieblas de la  incomprensión al revelar la luz de la teoría heliocéntrica. Quizás fue en un momento de desesperación, ante la risa sarcástica de algún rival o tal vez de una persona muy cercana, cuando Albert Einstein afirmó: “¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.

Siempre he creído que una persona puede estar muy equivocada en unas creencias u opiniones y muy acertada en otras y voy a poner un ejemplo muy concreto. El historiador e investigador español Ricardo de la Cierva, ex catedrático de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Alcalá de Henares, es vilipendiado y ridiculizado por muchos debido a su trabajo como jefe del Gabinete de Estudios sobre Historia en el Ministerio de Información y Turismo durante el régimen franquista. No voy a entrar a valorar esto porque me desviaría del tema al que pretendo llegar. Lo que quiero decir es que quizá sea un facha, que no es la cuestión que estoy abordando, sino que su trayectoria política no desacredita en absoluto su brillante y prolífico trabajo de investigación masónico. Aquellos que lo prejuzgan por su ideario político y como consecuencia declinen leer sus obras, se pierden un conocimiento muy preciado que nadie más podrá brindárselo, ya que su trabajo es único y singular. De todos se aprende.

Otro ejemplo. Miembros de su propia familia, como su nieta Paloma o alguna ex, han demonizado la personalidad del inclasificable Pablo Picasso, tachándolo de sádico, egocéntrico, narcisista y maltratador psicológico. Y, pese a todo, eso no resta un ápice a su genialidad artística.

Prosigamos. No estoy de acuerdo con algunas acciones del presidente de la República de Ecuador, Rafael Correa. Pero no puedo restarle nada de razón cuando calificó como “porquería” el programa televisivo de la peruana Laura Bozzo ordenando al director de la cadena que cesara la emisión. Míralo; es muy corto:

 

 

Y aquí, la respuesta de Laura Bozzo:

 

 

Era de esperar que la presentadora se mostrara indignadísima, pero como Periodista que soy no le voy a pasar por alto esta afirmación que acabas de escuchar:

“No hay institución más democrática que la televisión. La gente decide si es una porquería y si lo ve o no lo ve”.

¡Por favor! Repito, como Periodista, estoy cansada de oír que la audiencia elige lo que quiere ver en televisión. Es decir, la consabida sentencia “si un programa tiene audiencia es porque a la gente le gusta y lo ve, si no lo tiene muy fácil: que cambie de canal” es una gran mentira que repetida mil veces se ha convertido en una verdad. Nos gusta ver televisión pero no es cierto que podamos escoger libremente. Cuando la encendemos y nos desagrada todo lo que nos proponen para ver, si no cambiamos de canal es porque no hay ninguno más y, a veces, hasta nos vemos obligados a apagarla. Entonces, ¿qué tipo de libertad estoy ejerciendo en esos casos? Piensa en el programa, serie, documental, concurso o película que te encantaría ver cuando te arrellanas cómodamente en tu sofá tras un día de estresante trabajo. Si yo pudiera escoger, elegiría ver programas en los que a los políticos no se les hiciera la cama sirviéndoles en bandeja de plata las preguntas que ellos desean responder. Esta situación suele darse en las televisiones públicas, donde el político invitado es el jefe de una determinada administración: desde un alcalde a un presidente de gobierno, pasando por los presidentes autonómicos, sus portavoces y toda su cohorte. Pero no es exclusiva de un ente público sino que también se da a diario en las cadenas privadas. Cada una de éstas suele apoyar a los representantes del signo que más predomine entre su accionariado. Si gustas, entro más al trapo con nombres y apellidos, aunque estimo que es del todo innecesario, ya que a estas alturas sabes muy bien de qué sabor es el bacalao que se sirve en cada cocina (entendida ésta como el lugar donde se cuecen las noticias antes de servirlas a la mesa en la que degustas tu deliciosa comida frente al televisor).

Si pudiera elegir libremente, lo que vería cada noche serían documentales de ufología donde se investiga la huella de los dioses con un rigor científico fuera de toda duda. Me sentaría en mi mullido sillón de oreja, cogería el mando a distancia y pondría un programa de investigación en el que una parapsicóloga, dotada con la sagacidad de Sherlock Holmes, iría desmontando uno por uno los fraudes que comenten aquellos tuertos que se convierten en reyes en el país de los ciegos. Si yo pudiera elegir libremente, me engancharía a una serie de humor sarcástico en la que un viajero del tiempo descubre al fin lo que se esconde dentro de los agujeros negros y va cambiando el mundo a su antojo, protagonizando gamberradas para espanto de su madre, que no transige con sus insolentes ocurrencias y lo castiga enviándolo a la era de los dinosaurios para que se convierta en un hombre de provecho. ¡Menuda es esa madre! Ah, bueno, a veces también le gusta ser un bienhechor y en un capítulo transportará a Hitler hasta el infierno, donde conoceremos el verdadero rostro del mal. Nada de cuernos y cola ni olor a azufre. El infierno es un lugar muy refinado, como Satanás, que hará su aparición estelar vestido de Armani, con una copa de champán francés en la mano y aires aristocráticos, que para eso es un ángel supremo.

No.

«La televisión no es una institución democrática. La audiencia no es soberana».

«En TV no eliges de forma libre, ves el programa que menos te incomoda, no el que te gustaría ver».

Elige uno de entre un número determinado y de una variedad muy limitada que no siempre es de su agrado.

Y en mi caso concreto, os cuento que yo sí quiero ver la televisión, pero no la enciendo porque sé que no me va a gustar lo que emiten. De modo, que no puedo ejercer mi libertad en este ámbito.

Apagar la televisión no es un acto de libertad, en el caso de que te veas obligado a hacerlo.

«La mayor falacia de la televisión es afirmar que desconectar la caja tonta es ejercer la libertad».

La verdad es que me siento obligada a hacerlo al no poder elegir libremente lo que quiero ver.

Uno de las causas de que el mundo ande tan perdido es que no sabe realmente qué es la libertad. Ahora bien, yo sí puedo ver lo que quiero cuando pago, cuando me abono a un canal de suscripción, al satélite digital, etc. Resulta que la libertad sale cara, como siempre.

Que nos guste ver televisión no significa que podamos ver lo que nos gusta. Son cuestiones parecidas pero muy distintas.

 

Tengo curiosidad: ¿qué te gustaría ver en la televisión?

Y a todo esto, ¿piensas que el programa de Laura Bozzo es una porquería?

 

Posdata:

“Un gran número de personas piensan que están pensando cuando no hacen más que reordenar sus prejuicios”. William James, (1842-1910.  Filósofo estadounidense, profesor en la Universidad de Harvard y fundador de la psicología funcional).