Los nuevos test de solvencia de bancos españoles dicen que estos ya vuelven a estar preparados ante posibles turbulencias financieras. Me suena a algo. ¿Y a vosotros?
Madrid. Capital de España. 16:00 horas de un viernes cualquiera de 2007. Cientos de botellas de champán de la marca más exclusiva sobrevuelan las cabezas de los congregados en los locales de moda de la ciudad. Brindan por los negocios efectuados durante la semana, que han llenado los bolsillos de empresarios, políticos, sindicalistas, periodistas, abogados, notarios, aristócratas, etc.
14 de septiembre de 2008. Caída del gigante Lehman Brothers, por entonces el cuarto banco de inversión en Wall Street, que se declara en bancarrota. El desplome se llevó por delante los ahorros de miles de familias de todo el mundo que habían contratado en bancos nacionales diversos productos sin conocer que el garante de los mismos era una entidad instalada a miles de kilómetros de su sucursal bancaria. Cuando fueron a pedir cuentas a sus bancos, estos se lavaron las manos señalando al gigante que, al quebrar, suspendió los pagos y no respondía a las pérdidas de los ahorradores.
David Rockefeller en un encuentro con embajadores en la ONU (14 de septiembre de 1994):
“Estamos al borde de la transformación global, todo lo que necesitamos es la correcta gran crisis y las naciones aceptarán el nuevo orden mundial”. (Perdidos, páginas 23 y 24).
Así comenzaba la primera crisis global de la historia, mientras el por entonces presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, así como los miembros de su gobierno, se afanaban en desmentirla. Sobre todo su ministro de Economía, Pedro Solbes, que previamente había asistido a las reuniones del Club Bilderberg.
(Fuente: ABC)
La banca española era la líder en solvencia, Santander y BBVA eran las entidades más solventes de Europa, y el resto no le iba a la zaga. Aunque al poco tiempo, y tras los test de solvencia bancaria realizados a las entidades del viejo continente, empezaron a llegar los primeros problemas, entre ellos a los bancos españoles.
Madrid. 16:00 horas de un viernes cualquiera. Año 2013. Muchos de los locales de moda de entonces ya no existen, otros están vacíos. Solo algunos de los antiguos comensales se dejan ver, intentando buscar las migajas de aquellos negocios florecientes a los que no se les veía el fin. Por culpa de la crisis ya no hay botellas que descorchar, ¿dónde está el dinero para pagarlas?
Y no mucho tiempo después, el cataclismo. El sistema financiero español tiene que ser “rescatado”. La nada desdeñable cifra de 250.000 millones de euros entre pérdidas y activos tóxicos de la economía se volatilizan desde 2007.
La culpa es de los mercados, dicen a todas horas los gurús y expertos en los medios de comunicación. Pero, ¿quiénes son los mercados? Porque los mercados no son entes indeterminados, abstractos. En ellos trabajan personas que reciben órdenes de otras, que al mismo tiempo acatan las directrices de sus jefes superiores.
Desde 2008 el paro no deja de crecer, los casos de corrupción crecen a mansalva, no fluye el crédito, perdemos las viviendas, el trabajo… Todo ocurre al mismo tiempo generando un estado permanente de pesimismo, depresión y ansiedad en las personas. ¿Fruto de la casualidad? ¿O un plan genialmente concebido para que los individuos sintiesen miedo, vértigo e indefensión, y perdieran la energía y sentido común imprescindibles para afrontar la situación?
Parecía que el dinero se volatilizó. Para que el sistema no se hundiese, los Gobiernos rescataron a los bancos con el dinero de los ciudadanos. Los mismos que eran echados de sus casas rescatando a las entidades que se quedaban con sus viviendas. Lo nunca visto.
En España más de 100 mil millones de euros han sido destinados a rescatar a la banca; más de 2000 euros por habitante. Esos miles de millones no los volveremos a ver.
(Fuente: El Confidencial)
Madrid. 16:00 horas del 27 de octubre de 2014. La banca española ha superado los test de estrés a los que han sido sometidos por la EBA y el BCE. Tras varios años y 100 mil millones de euros, las entidades financieras españolas vuelven a ir viento en popa y a toda vela.
Pero sigo dándole vueltas a algunas preguntas. ¿Quién y por qué ha retirado el dinero de los mercados? ¿En manos de quién está?
Y mientras me realizo esa pregunta una vieja imagen aparece en mi mente.
