En el día de hoy vamos a continuar sobre la serie de capítulos que iniciamos meses atrás relativos a la Tercera Guerra Mundial y que podrás encontrar mucho más detallado en el tercer capítulo de Perdidos ¿Quién maneja los hilos del poder? Los planes secretos del Club Bilderberg.
Con la siguiente pregunta finalizamos la primera parte de la guerra económica y psicológica:
¿Dónde está el dinero?
Ellos mismos, en sus guerras intestinas, en sus luchas de poder entre sus miembros y otros grupos o lobbys han revelado en los mass media lo que muchos sabíamos y lo que era difícil demostrar debido al secreto en el que suscriben lo que después simplemente ocurre: El dinero está en los paraísos fiscales, en la economía sumergida, en la economía virtual o especulativa, en los bancos centrales, y en los grandes núcleos de poder y decisión de siempre del imperio Bilderberg.
Todos ellos están controlados por los grandes capitales que manejan el mundo. Los que siempre han sido ricos ahora, gracias a la crisis, son multirricos porque se han adueñado de todo el dinero y los bienes que hay en el planeta.
Ataque a las instituciones
Vivíamos desde hacía décadas en un sistema corrupto, al que nadie criticaba en su conjunto, en su manera de funcionar. De forma que nos habían forzado, adoctrinado para adaptarnos a él. Y de repente, se produjo un feroz ataque de desprestigio a las instituciones y personalidades que antes alababan, los amos del mundo querían demostrar la existencia de la corrupción generalizada porque como dijo David Rockefeller el 1 de febrero de 1999 en Newsweek International.
Algo debe reemplazar a los gobiernos y el poder privado me parece la entidad adecuada para hacerlo.
La táctica era eliminar a un determinado número de corruptos para dejar el mundo en manos de un reducido número de corruptos.
Cuando se desencadenó la sangría económica, ni algunos miembros de Bilderberg estaban a salvo, aunque no fueron capaces de advertirlo porque creían que su red de influencias era tan fuerte que nada podría perturbarlos. Por el camino han quedado Strauss-Kahn, el prestigio de la Casa Real española, Rodrigo Rato, Sarkozy, etcétera.
Grecia, Italia, España, Portugal, Chipre, países europeos ricos en materias primas, en historia, en empresas, han sido devorados, marcados con una cruz roja en el mapa geopolítico de Bilderberg. ¿Cuánto somos capaces de resistir? El gran laboratorio imperial espía, vigila nuestras reacciones, las introducen en sus computadoras gigantes y obtienen las conclusiones que les impulsarán a dar el siguiente paso en su tablero de ajedrez.
La jerarquía bancaria global
La guerra psicológica
Para que esta crisis global obtenga el beneficio buscado es preciso la simultaneidad de otra guerra: la psicológica. Y vamos a explicarla con una situación cotidiana:
«Estamos en crisis, tienes que esforzarte, no estás haciendo bien tu trabajo porque estamos perdiendo ventas»
¿Te suena?
Estas situaciones cotidianas no se publican en la prensa. Hay un silencio total al respecto.
¿Cómo es posible que, de un día para otro, el que era buen profesional deja de serlo?
Y hasta aquí la parte correspondiente a la guerra económica y psicológica de la Tercera Guerra Mundial.
Raúl
La frase «estamos en crisis» ya se usa de comodín para todo. Si alguien no quiere algo o no puede, con decir estamos en crisis, todo arreglado. No tiene que decir más. Aunque otros países tratan de resistir un poco a Bilberberg, léase Grecia o Italia, en España llevamos gobernados por fuerzas de fuera desde que Franco ya no tomaba las decisiones, estando aún vivo. Más de 40 años de una España no soberana, no independiente. Y como a los españoles les siguen importando bastante poco todos estos asuntos, y jamás se van a molestar por tratar de entender ellos mismos qué está pasado, prefiriendo tragarse y creerse la verdad oficial del sistema, será muy difícil salir de esto. Harán con nosotros lo que ellos quieran, ya que saben que el 99% está fuera de juego. La guerra, de momento, la tienen ganada. A ver cuándo empezamos a decirle aquello de GAME OVER.
Paco González
Estimada Cristina, nuevamente agradecerte tu dedicación y esfuerzo para desenmascarar a los criminales que están escondidos, y que promueven toda la maldad que existe en esta sociedad que irremisiblemente ha de colapsar. El principal problema radica en que la sociedad está voluntariamente aborregada y embrutecida, llegando a besar los pies de quienes la patean. En tu libro «Perdidos» en las páginas 11, 12 y 13, buscas junto al lector la palabra adecuada para describir el momento que vivimos, propones varias, pero creo que hay una más adecuada aún que me extraña que no hayas incluído: Apocalipsis. ¿Estás de acuerdo? Recibe un cordial saludo y no te rindas jamás. La mayoría no siempre tiene razón.