La acción de la Masonería ha influido en los sucesivos episodios de la Historia mundial. Como han demostrado con rigor las investigaciones de reputados autores, ha favorecido a la expansión del Imperio británico, fue manipulada por Napoleón para servir las ambiciones de su política, además de conformar una parte imprescindible en la gestación y desarrollo de las tres Internacionales Socialistas. Su efecto fue fundamental en las oleadas y campañas anticatólicas de Francia, España, Italia e Iberoamérica, así como en los procesos revolucionarios de estos países.
(Cuadro del primer Presidente de EEUU, George Washington, con su indumentaria masónica)
Algunos historiadores destacan las sangrientas maniobras de la Masonería para conseguir sus propósitos, como los asesinatos de líderes de vanguardia, la utilización de armas no convencionales, los golpes de Estado y las invasiones directas o indirectas a determinados países. La metodología masónica está conectada directamente con algunos de los procedimientos utilizados por los bilderbergs contra lo que han considerado un obstáculo para la consecución de objetivos, pero poco o nada se ha profundizado en la conexión de Bilderberg con la Masonería.
El punto más inmediato que los vincula es que precisamente que el Club es obra de masones. El príncipe Bernardo de Holanda y Joseph Retinger, este último de alto grado, pertenecían a sendas logias y el hecho de que David Rockefeller sea el alma del grupo orienta indiscutiblemente su dirección masónica. Además, muchos de sus miembros actuales, así como la gran parte de su Steering Committee (Comité Directivo), pertenecen a la Masonería.
La Masonería moderna, en la que se inscribe Bilderberg, es una sociedad secreta que surge a finales del siglo XVII y que trasciende a la Masonería antigua para tomar una posición más ambiciosa y globalista. En esta categoría se ubica la Masonería mundialista que impregna no sólo a Bilderberg sino al resto de centros de poder o sociedades secretas como la Skull and Bones (La Calavera y los Huesos) vinculadas, a su vez, a Bilderberg.
Skull and Bones es una sociedad masónica, secreta e independiente, es decir, no está inscrita en ninguna Gran Logia Regular. Es la más truculenta y tétrica de todas desde el punto de vista ritual y se la conoce como La Orden (The Order), a secas.
Se calcula que cuenta en la actualidad con unos 900 miembros, entre ellos, George W. Bush, que se afilió en 1968 y que fue uno de los primeros en confirmar públicamente su pertenencia a la misma.
Es una fraternidad universitaria creada en 1832 por el estudiante William Huntington Russell y Alphonso Taft en la Universidad estadounidense de Yale, inspirada en una similar que funcionaba en Alemania. Como vamos viendo, los métodos y objetivos de las modernas sociedades no nacieron en Estados Unidos, sino que fueron importados de las sociedades secretas que se habían gestado en Europa.
El secreto de la existencia de Skull and Bones se reveló a la opinión pública gracias a las investigaciones del profesor Anthony Sutton, quien a principios de los años ochenta recibió un correo muy llamativo. Un desencantado de la Orden le entregó dos volúmenes con las listas completas de los miembros difuntos y vivos, que incluían una enigmática pregunta: “¿Le dicen algo estos nombres?”. El profesor aceptó el reto y pidió al anónimo personaje que le enviase toda la documentación de la que dispusiera. El resultado fue el libro American Secret Establishment, cuya publicación provocó su expulsión inmediata de las dos importantes universidades de EEUU en las que trabajaba, la de Stanford y la de California. Además, fue declarado un autor maldito.
En La Orden, a cada «cohorte» de quince miembros se le hace un retrato. Siempre posan del mismo modo: con huesos humanos y un viejo reloj en el fondo marcando las ocho de la tarde.
En su libro, que contiene la investigación más completa de la Orden, Sutton destaca que en la doctrina educativa de la Universidad de Yale de la primera mitad del siglo XIX se observan semejanzas patentes con la herencia ideológica de los Illuminati de Baviera. Se trata de un ejemplo claro de penetración de la filosofía masónica y de los iluminados a través de un órgano de enseñanza. La Orden también incluye en su doctrina la base del idealismo hegeliano.
Cada año, quince jóvenes, portadores de los apellidos más poderosos del país, son seleccionados entre los estudiantes más prometedores para ingresar al grupo. En los pasillos de la Universidad se rumorea que la forma más rápida y segura de acceder a los círculos de poder es pertenecer al club.
La sede de la sociedad o logia se encuentra en el Campus de Yale y es una especie de panteón completamente cerrado, sin ventanas al exterior, llamado Tumba 322. Las dos primeras cifras se refieren al año de creación de la Orden (1832); el dos final significa que es la asociación número 2. La número 1 son los Iluminados de Baviera. El lema de La Orden está inscrito en la sepulcro en alemán y reza así: “Wer war der Thor, wer Weiser, Bettler oder Kaiser? Ob Arm, ob Reich, im Tode gleich” (“¿Quién es el loco, quién es el listo, el mendigo o el rey? Ambos, pobre o rico, se igualan en la muerte”).
Durante el rito iniciático, los nuevos miembros son obligados a confesar sus fantasías sexuales, además de otros secretos indecorosos, desnudos y tumbados dentro de un ataúd. A continuación se les entrega un hueso con una inscripción que los identifica como miembros de la “Más poderosa de las sociedades secretas”. Los nuevos adeptos se comprometen a no revelar ningún detalle de sus actividades internas, a mantener en secreto su pertenencia a la misma y a negar cualquier vínculo con ella. Los que siguen las reglas sociales de la Orden se autodenominan los “Caballeros” (Knights) y los que se rebelan son llamados los “Bárbaros” (Barbarians). Durante un año, los miembros de la sociedad se encuentran al menos una vez a la semana y realizan largos autoanálisis y críticas unos de otros. La relación entre el Patriarca y su elegido es de tal magnitud que debe ser de fe ciega. Casualmente, John Kerry fue Patriarca de George W. Bush.
En mayo de 1918, según revelan los expertos, el senador Prescott Bush, el abuelo del ex presidente de EEUU, formó parte del grupo que profanó la tumba de Gerónimo, el legendario jefe rebelde de los Apaches. Uno de sus cómplices, Neil Malion, se encargó de echar ácido sobre su cabeza para quemar la cabellera y la carne. Así fue expuesta en sus rituales nocturnos. La Orden ya había hecho lo mismo con el cadáver del revolucionario mexicano Pancho Villa. Unos desconocidos abrieron su féretro y le cortaron la cabeza. Se asegura que Skull and Bones pagó por ella.
Gerónimo, del que más tarde los miembros de La Orden profanarían su tumba.
El director del Instituto de Estudio de Nuevos Movimientos Religiosos con sede en Turín y el más reputado experto en sectas, Máximo Introvigne, destaca la existencia de estos rituales macabros ocultistas dentro de la Orden. Pero subraya que se trata de un “satanismo lúdico” propio de la clase alta, inspirado en la tradición masona inglesa y que no conlleva mayores riesgos que los implicados en este tipo de gamberradas. Introvigne explica que estos ritos simbolizan la purificación y el nacimiento del neófito como hombre nuevo. Algunos vecinos del edificio aseguran haber oído gritos extraños y susurros durante los ritos de iniciación.
Pero lo grave de las acciones de los miembros de Skull and Bones no radica en estos ritos iniciáticos de corte satánico realizados durante sus años en la universidad, sino en sus comportamientos posteriores al frente de los órganos democráticos en los que se asientan. Según han denunciado numerosos investigadores, entre ellos Sutton, la mayoría de los miembros estaría implicada en una serie de crímenes que comprende desde el narcotráfico hasta políticas eugenésicas para reducir drásticamente la población del Tercer Mundo y de las minorías étnicas en EEUU.
Desde hace tres generaciones, los Bush pertenecen a la Skull and Bones; no sólo el abuelo del último ex presidente de la saga, sino su padre, George H. W. Bush, y otros varones de la familia le han precedido. Bush padre admitió su afiliación a esta agrupación secreta de forma paradójica en su libro A charge to keep: “Yo ingresé a Skull y Bones, una sociedad secreta; como es secreta no puedo decir nada más al respecto”.
Otro ejemplo de la conexión directa entre La Orden y el gobierno estadounidense lo encontramos en su fundador, William H. Russell, que fue Secretario de Guerra de la Administración Grant. William Taft, hijo del otro creador Alphonse Taft, ha sido el único presidente de EEUU que, además, fue presidente de la Corte Suprema. George Bush padre ha sido el primer presidente que antes fue director de la CIA. También han pertenecido a esta sociedad otros altos cargos de la Administración Bush, como James Baker III, Secretario de Estado, y C. Boyden Gray.
La autora del libro Secretos del sepulcro y ex alumna de Yale, Alexandra Robbins, manifiesta que “por un lado, uno es escogido para formar parte de Skull and Bones si se espera que tenga éxito. Por otro lado, si se es miembro de la misma, uno tiene grandes posibilidades de tenerlo”.
Una observación perspicaz es la del columnista del diario The New York Observer, que lleva treinta años investigando a la Orden: “Uno no puede dejar de hacer ciertas comparaciones con la mafia, por ejemplo, en el sentido de que es una forma de protección. Pero pienso que la Skull and Bones ha tenido levemente más éxito que la mafia, ya que los líderes de sus cinco familias están en la cárcel desde hace tiempo y los líderes de las familias de la Orden llevan cuarenta y ocho años en la Casa Blanca”.
Todas las fuentes coinciden en que la financiación de la Orden procede del comercio clandestino del opio. Según sus críticos más acérrimos, los honores públicos y la recompensa económica están garantizados, pero a cambio de una subordinación absoluta a la Orden.
La entidad está integrada por las familias patricias norteamericanas asociadas a la cúpula del poder, cuyo liderazgo se perpetúa de forma hereditaria, como si de una monarquía se tratase. Entre sus miembros se encuentra la veintena de apellidos de mayor pedigrí de las finanzas y la industria, según la lista de miembros publicada por el historiador británico Anthony Sutton. En ella se incluyen presidentes, espías, miembros de la CIA y de la Agencia para la Seguridad Nacional, jueces del Tribunal Supremo, dirigentes de la industria y, últimamente, hasta homosexuales y mujeres, a los que antes estaba vetada. Desde su creación ha logrado implantar una red social y política como ninguna otra en EEUU. Los Bush y los Harriman fueron aupados por dos poderosos patriarcas: Percy Rockefeller, que llegó a la Orden en 1900, y E. H. Harriman, en 1913. Otros apellidos ilustres e integrantes de la Skull and Bones son Lord, Whitney, Jay, Bundy, Weyerhaeuser, Pinchot, Goodyear, Sloane, Stimson, Phelps, Perkins, Pillsbury, Kellogg, Vanderbilt, Lovett, etc. También John Kerry forma parte de la Orden; su nombre de bautismo es “Diablazo”. El actual emperador de la inteligencia norteamericana, el profesor John Negroponte, también es un chico de la Skull and Bones y guarda una larga lista de violaciones de los Derechos Humanos. Su nombre en clave es “Hades”. En clave de humor, también hay un chico de la Orden en la serie Los Simpson: el ambicioso empresario sin escrúpulos Charles Montgomery Burns, que ingresó en la Skull and Bones antes de su graduación de Yale en 1914.
Uno de los puntos que conforman el pensamiento de la Orden es que la historia sólo puede alterarse con la utilización del imperialismo militar, según el paradigma del Imperio romano. Una visión compartida con otras de las sociedades secretas que vamos a analizar a continuación. Otra de sus características intrínsecas es el dogma de la supremacía anglosajona, llevado a extremos casi de racismo.
Los hombres de la Skull and Bones fueron los responsables de la decisión de incrementar la participación de los EEUU en la Guerra de Vietnam, que constituyó un desastre tanto para el país como para la Orden. La dirección de la entidad quiso evitar la catástrofe y destacó a algunos de sus miembros para que actuasen en el campo de la oposición a la guerra como McGeorge Bundy, que desde su nuevo puesto al frente de la poderosa Fundación Ford financió los movimientos antiguerra. Una estrategia muy inteligente de su parte. Como vemos tienen los mecanismos a favor y en contra de cualquier situación; de este modo ganan siempre.
Con la elección de George Bush como presidente, la Orden superó su etapa de ostracismo y recuperó gran parte de su poder e influencia. Tras la desaparición del Muro de Berlín y de la Unión Soviética, Skull and Bones dirige todo su potencial a la creación del Nuevo Orden Mundial en la proyección de EEUU como única superpotencia mundial. Desde su creación ha sido un bastión WASP, White Anglo Saxon Protestant.
Cristina Martín Jiménez
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“Wer war der Thor, wer Weiser, Bettler oder Kaiser? Ob Arm, ob Reich, im Tode gleich” (“¿Quién es el loco, quién es el listo, el mendigo o el rey? Ambos, pobre o rico, se igualan en la muerte”).
Mónica (@mhbarbon)
Hola Cristina! Magnifico el artículo!!! Habia oído y leido acerca de Skull & Bones y todo lo que has dicho encaja perfectamente. El resumen que has hecho me parece grandioso y muy esclarecedor. He entendido perfectamente la relación Bilderberg- Illumimati. ¡ Mil gracias por todo tu esfuerzo en abrirnos los ojos!
Un abrazo!
Mónica
Mario
Quien escribe espero sea bien informado y sin prejuicio.Però no conoce para nada la Masoneria expresion de ideales de igualdad,fraternidad,libertad que unen a millares de masones en el mundo que nada tienen que ver grupos de poder politico o economico.
Isabel
Interesante